El referéndum de Cataluña, un plan imparable

La revista británica The Economist se hace eco de la convocatoria del referéndum del 1 de octubre y dice que si la mayoría de los electores vota sí, el parlamento declarará la independencia al cabo de 48 horas. En el artículo también se dice que, para los ciudadanos que apoyan al presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, este hecho sería épico. En cambio –añade–, para el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, el anuncio del referéndum es ‘un delirio autoritario’.

La revista hace un repaso de la evolución del movimiento independentista y recuerda que el factor detonante de la tendencia creciente fue la sentencia del Tribunal Constitucional español sobre el estatuto el 2010.

¿Es posible según la ley?

Según el artículo, Puigdemont tiene la legislación española y la internacional en contra. Añade que, cuando consultó el Consejo de Europa sobre la legalidad del referéndum, la organización europea respondió que sólo se podría hacer si se ajustaba a la constitución española. La noticia también recuerda la inhabilitación del ex-presidente de la Generalitat Artur Mas, la ex-vice-presidenta Joana Ortega y la ex-consejera Irene Rigau. Así mismo, se hace eco del aviso de la vice-presidenta del gobierno español, Soraya Sáenz de Santamaría, que dijo que el gobierno español podía suspender el referéndum en veinticuatro horas. Y explica que Puigdemont tampoco tiene el apoyo del PSOE ni el de Podemos y que la mayoría de los estados europeos no se definen respecto del referéndum catalán, más bien dicen que es un asunto interno español.

En el artículo se habla también de la amenaza militar por parte del gobierno español, si bien se asegura que probablemente el referéndum será impedido por la vía judicial. Así mismo, se apunta que, con el 40% – 44% de apoyo a la independencia en Cataluña, no es suficiente para hacer una revolución.

Según The Economist, la dureza de Rajoy contra Cataluña da un gran rédito electoral a su partido, pero insiste en decir que Rajoy pasa por alto el malestar de los catalanes con las disposiciones constitucionales españolas y que, si quiere mantener el estado español unido, quizás tendrá que prever una reforma constitucional.